Nada sale como se planea, todo llega a romperse y a estallar. La mayoría de las personas que nos rodean habitualmente, de una manera u otra, se acaban despidiendo a su manera. Incluso puedes llegar a ese punto, en el que todo en lo que creías, querías y confiabas, puede irse, esfumarse como el humo de un cigarro. Todas las cosas de un momento a otro, en milésimas de segundos pueden cambiar a peor o a mejor, aunque la mayoría de veces suele ser a peor porque creo que si todo cambiase a mejor, no habría tanta gente triste, ni tantas personas con esa autoestima tan baja que aunque no seas tu la que la tiene así, duele igualmente.
Habrá momentos en los que todo tu interior, este negro, tan negro que no puedas sentir ni tus propios pensamientos, pero al igual que en las tormentas, todo escampa. Todo llega y todo pasa. Con eso quiero decir, que aunque veas todo negro, siempre habrá una pequeña luz, aunque hay que buscarla porque quedándote sin hacer nada y ahogándote en ti mismo, en tus lagrimas y pensamientos, no consigues nada.
También puede haber circunstancias en las que por dentro, estés gritando sin que nadie pueda oírte y escucharte por el simple hecho, de que estés fingiendo ser feliz cuando realmente estas rota, destrozada, triste, angustiada, agobiada, deprimida pero aun así, en la cara llevas una sonrisa de oreja a oreja por el miedo a que puedan hacerte más daño aún.
Puedes sentir que estás en un abismo, con una caída que no deja ver su fondo mientras gritas pidiendo ayuda pero nadie te escucha, lo único que rebota es el eco entre las paredes de tu interior porque efectivamente tu voz es la única que vuelve a ti. Puedes cerrar los ojos y pensar estar bien pero saber que eso no es así, que te estas auto engañando a ti mismo y eso te sienta peor.
La mayoría de las veces, la opción que elegimos, sea por las ganas de tan solo desaparecer o por pensar que no vales nada, te quedas en tu habitación llorando y llorando, por el motivo que tengas pero no vale la pena, debes buscar la manera de salir adelante. Sé que no es lo mismo decirlo que hacerlo, puede que en esos momentos, buscar esa manera sea tan difícil como buscar una aguja en un pajar, buscar una gota de agua en el océano o como si estuvieses deseando que lloviese en un desierto porque poco a poco estás muriendo de sed.
Porque realmente, querer es poder y para eso, nunca es tarde. Busca ese motivo por el que quieras despertarte cada mañana, por el que luchar día a día porque realmente deprime aún más saber que estás levantándote cada mañana sin un objetivo o algo u alguien por lo que luchar.
Queda aún mucho tiempo y como ya dije, todo llega y todo pasa. Toda tormenta escampa porque ni las tormentas contigo mismo pueden ser eternas.
No mueras aún por dentro. Busca el motivo y esa luz en ti, en lo oscuro y todo cambiará.